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martes, 25 de agosto de 2015

Corazón peregrino


No seré roble abatido,
ni mi savia será presa
de ese talador de sueños
que busca procurarse leña
con la que alimentar su fatuo fuego.
Seré manzano florido...
orientándose hacia el cielo:
mi copa hará las veces de nido
donde gestar los jilgueros,
mi ramaje, por doquier expandido,
alcanzará los luceros.
Seré corazón peregrino...
hollando rectos senderos:
en la esclavina, voluntad;
en el bordón un "soy y puedo",
escritura cuneiforme en el sayal
–legado de los sumerios –,
recordatorio en el sombrero:
jamás volver la vista atrás.
 
 
© María José Rubiera
 
 

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