En este rincón en sombra,
viendo extinguirse la tarde,
con esta unción de catarsis
que el ocaso me provoca
al elegir inmolarse,
con este recogimiento
que me fuerza a exudar poemas,
trémula... azorada yo,
tremantes los sentimientos,
detallo para mí sola
mis equívocos y aciertos,
amén de yerros y penitencias
que sobre mí recayeron;
en una palabra: experiencias.
Es justo lo que pretendo
en este momento... ahora;
mas, bien sé que a no tardar,
acuciada por imperioso deseo,
sentiré necesidad
de anunciárselo al céfiro.
Decidiere lo que decidiere
hacer después con mis versos
–si darlos a conocer
o entregarlos al silencio–,
por lo pronto escribiré
acerca de mis vivencias...
teniendo como censor
al impávido cuaderno.
© María José Rubiera
No hay comentarios:
Publicar un comentario