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jueves, 7 de marzo de 2013

Crisopeya

Así como el Arte,
queriendo magnificarse,
se vale del numen del artista...
Del artista,
al que le asiste
 la inspiración divina...,
no del inepto diletante
que sin escrúpulo plagia,
que de forma burda imita,
pretendiendo adjudicarse
meritorias cualidades,
de las cuales años luz
dista.
 
Retomando el principio,
el antes de en digresión
haber incurrido:
 
Así como el Arte
elige manifestarse
a través del artista,
y éste, a su vez,
persigue inspirarse
en la belleza genuina,
así el Amor quiere admirarse
en el alma de todo amante.
En la carnal crisopeya,
busca perpetuarse,
aunque el fuego del atanor
le exija humillarse,
en el crisol deba licuarse
hasta obrarse la consunción,
y culminar el proceso de ser...,
de ser otro, siendo el mismo.


© María José Rubiera

6 comentarios:

L. Gispert dijo...

Me encanta María José. Belleza en versos que te atrapan. Una glosa al amor con todas sus sensaciones.

Saludos.

Anónimo dijo...

María José.
Muy preciosos tus versos, nos llevan ahi, a esas sencines de lo que realmente es el amor.
El proceso de SER, de ser otro siendo el mismo.
Gracias por estas preciosas letras.
Un abrazo.
Ambar.

P MPilaR dijo...

Ma encantan tus poemas. Irradian belleza y paz. Sobretodo, paz, MªJosé.

Mi abrazo

Gabriel Cordears dijo...

Solo el amor no permite plagios!
Besos poeta

MarianGardi dijo...

El Arte es el mejor canal para la inspiración divina tú lo has dicho querida amiga.
Estoy presentando en mi blog el prólogo de mi Ensayo Metafísico y su portada. Seguro te gustará.
Un abrazo hermanado querida amiga

La Gata Coqueta dijo...



He estado ausente unos cuantos días y el motivo es visible en los blogs…

El paso de los días se van sucediendo y las heridas abiertas van al encuentro de los medios para ser cicatrizadas, más nunca olvidadas.

Intento que todo vuelva a la normalidad, pero no puedo ocultar que dentro de mí algo se ha roto dejando un enorme vacío.

Pero como soy por instinto optimista reanudo las visitas a este tu maravilloso espacio de luz, donde me has tendido las manos continuamente, brindándome el cariño y la mesura de las palabras, que yo siempre he valorado y apreciado, más allá del tiempo y los sentimientos…

¡¡Y ante todo, te doy las gracias en gran medida por ayudarme a continuar el camino!!

Un beso con dulzura

Y un abrazo con ternura.

Atte.
María Del Carmen