Silentes, quedos deben ser los besos...
Silentes
como rigor del invierno
que incluso al viento enmudece
con mordaza de silencio
y la humedad envilece
forzándola a crujir huesos.
Y no hay mácula en la nieve
que ensucie el albo misterio
ni indicio de huellas recientes
ni sonido alguno mece
la cuna de los ensueños,
y el desvelo permanente
hace del insomnio infierno.
Quedos
como manantial que emerge
en la cresta de una cumbre
y simulando ser sierpe
repta bajo la techumbre
que los helechos le ofrecen
y sin titubeo discurre
por ondulante pendiente
hasta ver si se le ocurre
perseverancia sedente,
dejar de ser agua que huye
y permanecer por siempre
acomodado en pétrea ubre,
fluyendo con mansedumbre.
© María José Rubiera
© María José Rubiera
4 comentarios:
Amiga Maria Jose;con muy buen ritmo y cadencia.
Silentes o sonoros, el caso que haya besos.
Besos
Esos Muackss! no pueden faltar, son necesarios para la buena salud.Un placer leer tus letras María José, me encanta la forma que le das a tus poemas.Recibe un fuerte abrazo, y gracias amiga por ser y estar.
Cada día te admiro más por estos poemas que para mi en particular, son extraordinarios...un besote preciosa.
Muy bueno, María José, los besos dan alegría y quitan caras enfurruñadassss
Abrazossss amiga.
Leonor
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