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viernes, 28 de septiembre de 2012

Fantasía de una noche de verano

Si bien todo sueño alberga
simbolismo metafísico,
mi fantasía onírica
de aquel tórrido verano
en absoluto se asemeja
a la inmortalizada por el poeta:

La jungla urbana no era sino un jardín
donde la única luz que brillaba
era la emitida por las estrellas.
La luna, transpirando poesía,
narraba esas mil y una noches
en que hasta el alma más frígida
el acto carnal consiente
y sin reservas se entrega:
noches en que el amor vibra
y sabe a jazmín y madreselva.

En el peculiar pensil
impresa estaba tu esencia.
Estabas, acariciando mi nombre,
declarando que me amabas;
deseando impedir, no obstante,
que el aura lo proclamara
quisiste sellar los labios
y ningún otro vocablo
liberaste de la garganta.

Y me alejé de tu lado,
tomando por un sendero
que tenía por topónimo "olvido".
A la mitad del trayecto
me topé con un lamento
en el que reconocí tu voz,
pero no entendí qué decía:
el lenguaje me era desconocido.

© María José Rubiera

3 comentarios:

jose maria criado lesmes dijo...

Amiga Mria Jose; está claro que es muy importante saber sustituir el sufrimiento por el olvido; que no todo el mundo sabe.
Besos

FIBO dijo...

de la boca del hombre tiene que salir hasta el último vocablo, sino ellas no estan conformes...por eso la perdistes y te lamentastes gritando, y ella en el olvido "pasando"...un besote preciosa, me ha encantado como siempre.

Carmen Silza dijo...

Tarea difícil esa., la de olvidar cuando ha habido mucho dolor.Me ha gustado este poema María Jose, triste pero muy bien versado.Un beso y que tengas un lindo domingo.