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lunes, 14 de mayo de 2012

Ordalía

Las sombras se dispersan, 
la oscuridad se disipa, 
los gallos de alboroto hacen derroche, 
pregonando la ordalía 
en que se enjuicia a la noche 
y se excarcelan las claras del día. 

De su excelsa donosura 
se vanagloria la aurora, 
ante tan regia hermosura 
las luciérnagas se eclipsan 
y le rinden pleitesía, 
el aire se aromatiza 
y las aves ejecutan 
la matinal sinfonía. 

Las horas son fugitivas 
que se evaden en tropel, 
se precipitan los días, 
y nos repetimos, igual que ayer, 
como nos repetiremos mañana 
y pasado mañana y una y otra vez.

© María José Rubiera

7 comentarios:

Carmen Silza dijo...

Hola María José...Como se nos va el tiempo, ¿verdad?.. Efímeras las horas, pasan sin darnos cuenta..De nuevo es un placer leer tus poemas, felicidades por tus bellas letras y sentimientos...Buenas noches.

Carla dijo...

Nos repetimos en segundos, minutos, horas, en días, el tiempo pasa, vuela, y se nos vá yendo.

Besos.

jose maria criado lesmes dijo...

Amiga Maria José;preciosa representación de un nuevo día.
Besos

Gabriel Cordears dijo...

Cierto, qué raudas las horas del amanecer tan bellamente descritas. Los ciclos se repiten, mas en el amor cada día es uno nuevo y se le aguarda con esperanza.
Besos poeta

FIBO dijo...

Me encantan y disfruto de los amaneceres...es algo que no tiene ninguna parte más del día...un besote preciosa...me ha encantado.

Sneyder C. dijo...

La belleza de la aurora se refleja en tus letras. Efímeros minutos llenos de poesía….

Un fuerte y cálido abrazo. María.

jose maria criado lesmes dijo...

Amiga María josé ¿no te pasará nada? porque hace tiempo que no se de ti.
Besos