Deambulaba,
con
paso cansino, con indolencia,
las
manos enfundadas en los bolsillos
de
un sobretodo raído,
en
la boca un rictus de indiferencia
y
en la mirada un deje de hastío.
Por
compañía llevaba
al
exasperante insomnio,
la
recurrente vigilia
que
de forma reiterada
le
iba horadando la vida,
la
inseparable soledad
o,
como solía llamarla:
el
quinto jinete apocalíptico
que
a lomos del alma cabalga
en
pos de la oscuridad.
Era
un fracasado, un perdedor
–el
otrora costoso diamante
ya
no era sino un vulgar vidrio
hecho
añicos, un desecho
arrojado
sin miramientos
a
un sucio contenedor–,
pero
¿acaso le importaba?
No,
ya que nada pedía
ni
cosa alguna anhelaba,
salvo
echarse en el césped
de
un parque cualquiera
y
contemplar las estrellas.
© María José Rubiera
© María José Rubiera
9 comentarios:
Amiga María; con los tiempos que se avecinan los quintos jinetes van a proliferar como las setas después de la abundante lluvia, sin ser apocalíptico.
Besos
Impresionante de nuevo,poetisa!
A la mayoría de nosotros cuando ya estamos cansados y necesitamos tranquilidad,es hermoso acostarse en la hierba y mirar al cielo.Es tanta su belleza...
Un besito cariño.
Contemplar las estrellas desde tus letras.
Besos.
Tal vez a estas alturas lo mejor sea contemplarlas y no querer bajarlas de un hondazo,si son tiempos difíciles,pues habrá que arremangarse,por que quejándose y haciendo nada,tampoco se lograría nada...es momento de actuar!!!
y siempre que se cae hay que volver a levantarse!!!
besos querida María José!!!
y mucha luzzzzzz<3
Hermoso y trágico poema, la falta de esperanza es algo que a veces inunda el alma. La oscuridad lo llena todo pero yo prefiero pensar en la luz del amanecer o el rayo de sol después de la tormenta.
Besos.
Madre mía, espero no llevar nunca ese tipo de soledad que tan peligrosa suena. Muy buenos versos, como siempre, querida María José :) Siempre me sorprendes. Un abrazo
Decia mi comentario que el personaje de la entrada es un ser contemplativo que nada espera sólo ver amanecer.
Un abrazo querida amiga alma
Ciertamente para el que no valora su propia vida, nada le importa ni el tiempo o el valor de las cosas, ni la luz de lejana estrella le devolvería el brillo perdido...
Besos
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