Es en esas gélidas noches de invierno
en que de improviso el azul oscuro
del cielo se cubre de nubarrones negros
y en el ambiente se aprecia el olor
que precede a los rayos y truenos.
Es en esas desapacibles noches
en que arrecia la tormenta –tú duermes,
en tanto que yo permanezco en vela–
cuando busco refugio en tus brazos.
Y me arropas y me besas en la frente,
y me dices, con voz soñolienta:
"No tengas miedo... Duérmete, pequeña".
Y casi al instante me quedo dormida,
y sueño que eres marinero
y navegamos por alta mar
a bordo de un precioso velero.
De repente, debido a la incoherencia
que caracteriza a los sueños, cambia
la escena, y nos hallamos en una isla
de finas arenas iridiscentes.
Y al pronto sé que es la tierra prometida
en que el amor habita desde siempre,
el edén en que se forjan las caricias,
el paraíso en que la ilusión no perece.
© María José Rubiera
© María José Rubiera
8 comentarios:
Amiga Maria Jose; felices sueños marineros y que te despiertes antes que arrecie la tormenta con las velas del amor indemnes.
Un beso
Que hermoso poema, además tomado de un momento que muchos hemos vivido junto a algún amor.
Un fuerte abrazo.
Hermoso poema, en esos sueños se llega a la tierra prometida
Un abrazo
Un hermoso sueño Maria José...los sueños pueden ser hermosos.
gracias por tu compañia ,siempre en previlegio para mi verte por mi casa
besos
Marina
Bonito romance!!
la Tierra prometida siempre aparece en nuestros sueños
Un abrazo querida amiga alma
La ilusión del amor es tan grande que nos lleva a un mundo nuevo...
Besos
Los sueños no siempre son sólo sueños. En ellos anidan nuestros más firmes deseos.
Un abrazo Mª José
Después de estos días festivos de carnaval
Paso para visitarte y dejarte mi recuerdo
Y cariño agradeciendo tu amiga Leonesa
Siempre con cariño un abrazo
Marina
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