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martes, 1 de noviembre de 2011

Alfa, zeta, delta...

Entre la vigilia y el sueño,
entre despierta y dormida,
noto tu cálido aliento
alborotando mi pelo
cual serena aura marina.
Siento tus húmedos besos:
besos con sabor a guinda,
salvia, hierbabuena y romero;
anís, canela, vainilla,
jengibre, mirra y eneldo...

Cuando me domina el sueño
y mi espíritu se ausenta
en busca de las estrellas
y, promiscuo, mi cerebro
fluctúa entre alfa, zeta, delta...,
a tu influjo me someto.

Cuando entregada al ensueño
mi alma errática transita
por los confines del cielo,
me sumo en la vorágine
de tus fogosos anhelos
y a tus propósitos cedo.

© María José Rubiera 

4 comentarios:

Asociación cultural Poetas de Bailén dijo...

Curiosa frontera donde los pensamientos se trasforman en no sabemos qué.

Una brazo Mª José

MarianGardi dijo...

Me haces humedecer los ojos.
Que hermosura leer tus poemas que te llevan a recorrer el cielo con besos de sabor a guinda,
salvia, hierbabuena y romero;
anís, canela, vainilla,
jengibre, mirra y eneldo...
Es que no se puede pedir más ni mejor hecho.
Muuuakkk

M. Angel dijo...

María José, cuanta belleza regalas en estos versos.

DE TUS FOGOSOS ANHELOS
A TUS PROPÓSITOS CEDO
y a tu amor, amor concedo
perdiéndome en tu cielo.

abrazo
M. Ángel

Ricardo Miñana dijo...

Ese aliento inspira tu hermoso poema amiga Maria Jose,
que tengas un feliz fin de semana.
un abrazo.