Entre la vigilia y el sueño,
entre despierta y dormida,
noto tu cálido aliento
alborotando mi pelo
cual serena aura marina.
Siento tus húmedos besos:
besos con sabor a guinda,
salvia, hierbabuena y romero;
anís, canela, vainilla,
jengibre, mirra y eneldo...
Cuando me domina el sueño
y mi espíritu se ausenta
en busca de las estrellas
y, promiscuo, mi cerebro
fluctúa entre alfa, zeta, delta...,
a tu influjo me someto.
Cuando entregada al ensueño
mi alma errática transita
por los confines del cielo,
me sumo en la vorágine
de tus fogosos anhelos
y a tus propósitos cedo.
© María José Rubiera
© María José Rubiera
4 comentarios:
Curiosa frontera donde los pensamientos se trasforman en no sabemos qué.
Una brazo Mª José
Me haces humedecer los ojos.
Que hermosura leer tus poemas que te llevan a recorrer el cielo con besos de sabor a guinda,
salvia, hierbabuena y romero;
anís, canela, vainilla,
jengibre, mirra y eneldo...
Es que no se puede pedir más ni mejor hecho.
Muuuakkk
María José, cuanta belleza regalas en estos versos.
DE TUS FOGOSOS ANHELOS
A TUS PROPÓSITOS CEDO
y a tu amor, amor concedo
perdiéndome en tu cielo.
abrazo
M. Ángel
Ese aliento inspira tu hermoso poema amiga Maria Jose,
que tengas un feliz fin de semana.
un abrazo.
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