La noche expandía aromas
diamantinos, excitantes,
elaborados por diosas
y hechiceras exultantes.
Y me hiciste una diadema
de espliego, jazmín y rosas,
y me nombraste tu reina:
reina de las mariposas.
La Luna se engalanaba
con un nácar especial,
y un lucero se adornaba
con el veste estival.
Y tus versos... ¡Ay, tus versos!,
rimados en madrigales,
se me figuraban besos
robados en los trigales.
© María José Rubiera
diamantinos, excitantes,
elaborados por diosas
y hechiceras exultantes.
Y me hiciste una diadema
de espliego, jazmín y rosas,
y me nombraste tu reina:
reina de las mariposas.
La Luna se engalanaba
con un nácar especial,
y un lucero se adornaba
con el veste estival.
Y tus versos... ¡Ay, tus versos!,
rimados en madrigales,
se me figuraban besos
robados en los trigales.
© María José Rubiera
5 comentarios:
Hermoso y delicado poder ser la reina de las mariposas y así poder volar incluso con la Luna y las estrellas :) Una diadema muy original. Y sin duda una noche diferente a las demás, ¿verdad? Bello poema, María José =)
Un beso
Muy bonito!!!, despliegas suavidad y beleza en cada letra.
Un gusto leerte.
Un abrazo....
Todo junto, la noche, la luna, jazmines, besos y robados, es un puro y sincero amor .Un beso
Me gusta mucho. Un placer visitarte y disfrutar de tus bellas letras.
Besitos con cariño
Delsa
Todo un mundo mágico se puede construir a partir del amor...
Feliz fin de semana, poeta.
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