Buscar este blog

viernes, 4 de marzo de 2011

Soneto al alma

Cuantiosos son los secretos del alma,
ignotos, cuales luceros celestes,
herméticos, cuales bosques agrestes,
insondables, cuales lagos en calma.

Aquel que osara violar el santuario
deberá prosternarse ante la Diosa:
sobre peana de azabache reposa,
custodiando un sagrado relicario.

Deberá rezar con recogimiento,
con fe..., elevando la mirada al cielo,
silenciando el flujo del pensamiento.

El alma, en el crisol del sufrimiento,
amalgamará aire, tierra, fuego, hielo,
desvelando el secreto de su aliento.

© María José Rubiera

5 comentarios:

Ar@bia dijo...

Me gusta mucho este poema, sobre el alma, muy cierto el alma de cada persona, guarda y sufre mucho

Gabriel Cordears dijo...

Cuan compleja es el alma
y tan sencilla a la vez
esta siempre con nosotros
y a veces vuela tan lejos
que no hay quien la entienda
ni sienta el andar de sus pies...

Feliz fin de semana, amiga

Nortiz dijo...

El alma... nuestra esencia, lo más profundo de nuestro ser, la que todo sabe, la que nos hace ser como somos... quizás. Se me ocurrió ahora de repente :) Es un tema complicado, la verdad.
Un texto precioso, como siempre. Qué bien escribes ^^
Un beso :)

Carmela dijo...

Bello poema!!
Es cierto: En las encrucijadas el alma almacena fuego,aire, tierra, hielo... soles y borrascas pero resurge energetizada afianzando el secreto de su aliento.
Y en el secreto de su aliento está su esencia.
Un abrazo María José.

Tierra de Poetas dijo...

Inaprensible,pero no inaccesible...el alma todo lo recoge y todo lo atesora...

Besos