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jueves, 3 de marzo de 2011

En el mismo instante...

Me enamoré de ti...;
¡yo, la sempiterna escéptica!,
la que siempre pensaba
que amar era someterse...,
que amar era prestarse a sucumbir.

No andaba descaminada, no obstante,
pues justo en el mismo instante
que te conocí..., que comencé a amarte,
también comencé a sufrir.

Lucho contra este amor que me devora,
pienso en alejarme de ti..., hora tras hora;
pero es tal el magnetismo que desprendes,
tan subyugador el hechizo que ejerces...

De mi ser, desearía desalojarte,
mas mi alma se niega a dejar de amarte.

© María José Rubiera

4 comentarios:

Gabriel Cordears dijo...

Ir contra el amor es
como contradecir las leyes de la gravedad...
por mas alto que se suba y se impulse
se volverá a caer!

Nortiz dijo...

Muy muy hermoso =) Me ha encantado. Qué preciosidad, y eso que habla de sufrir por amor.
Es una lástima, por lo que deduzco es un amor no correspondido.
Si el alma es la que se niega a dejar de amar, tiene que ser un amor fortísimo. Bonito :)
Un beso

dudando dudando dijo...

Mª José tan romantica como siempre, yo en esto del amor romantico nunca crei pero debes de tener algo de razón que contra las ordenes que manda el corazon la cabeza no tiene nada que hacer!!!!!! Un beso y gracias por deleitarnos con tus obras.

Carmela dijo...

"El amor tiene razones que la razón desconoce"
A pesar de todo , el amor siempre vale la pena.
Cuando el amor va de la mano del sufrir no es amor. Es desamor.
Y aún así ...¡ También vale la pena!!!
He tardado en pasar por tu bello y reflexivo espacio.
Un abrazo !