¿Qué pretendes de mi persona, amor,
acaso mi fortaleza rendir,
envolverme en tu pasión,
que al cielo eleve mi canto, cual clamor,
y declare mi amor hacia ti,
que a voz en grito lo anuncie,
que los clarines resuene,
y el Universo se entere...?
Sí, tal vez sea lo que pretendes;
pues, bien, lo pregonaré si así lo quieres.
En mí piensas, tarde, noche y madrugada;
no te apures, sabes que seré tu amada,
aquella que en tu ser está presente,
como ayer lo estuve, y estaré siempre.
¿Acaso no ves que resido en tus sueños,
ignoras que en ti viviré latente...?
© María José Rubiera
acaso mi fortaleza rendir,
envolverme en tu pasión,
que al cielo eleve mi canto, cual clamor,
y declare mi amor hacia ti,
que a voz en grito lo anuncie,
que los clarines resuene,
y el Universo se entere...?
Sí, tal vez sea lo que pretendes;
pues, bien, lo pregonaré si así lo quieres.
En mí piensas, tarde, noche y madrugada;
no te apures, sabes que seré tu amada,
aquella que en tu ser está presente,
como ayer lo estuve, y estaré siempre.
¿Acaso no ves que resido en tus sueños,
ignoras que en ti viviré latente...?
© María José Rubiera
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