Sé que intentas desprestigiarme, amiga,
de tus malas artes al corriente estoy;
sí, alguien me ha comunicado tu intriga,
algo que no me esperaba al día de hoy.
Mas no temas, rencor no te voy a guardar,
porque desde ha mucho tiempo aprendí
que el rencor es como el boomerang
que al lanzarlo siempre regresa a ti.
Disculpo tus malhadados errores,
el yerro implícito está en los humanos
porque distamos mucho de ser dioses;
ahora sí, la enmienda está en nuestras manos.
© María José Rubiera
© María José Rubiera
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