Te recuerdo, bella Erato,
que lunas ha prometiste
brindarme por siempre ayuda.
Aún resuena en mis oídos
la promesa que me hiciste:
"En cuanto el reloj anuncie
la medianoche, invócame,
y acudiré con premura..."
Pero la noche pasada,
incumpliendo el juramento
que en su momento me hicieras,
me dejaste en la estacada.
Por más que te invoqué, Musa,
no hiciste acto de presencia:
eres harto veleidosa,
me obsequiaste con tu ausencia.
Sé magnánima conmigo,
te ruego no me abandones
a mi suerte, por favor.
Si mi pluma yace inerte
sobre el papel y mi mano,
indecisa, no la empuña
por falta de inspiración,
¿cómo crear preciosos versos
para deleitar al alma,
cómo rendir pleitesía al amor...?
© María José Rubiera
© María José Rubiera
5 comentarios:
Amiga Maria Jose; muy original, seguro que te hace caso.
Mis nietos de Gijon han estado pasando las navidades con nosotros como de costumbre y ayer volvieron.
Se llaman Sara y Alvaro y tengo en el blog una peosia para cada uno.
Te espere en mi rincon; soy muy hospitalario.
Besos
venho prestigiar vosso artigo
e seu contemplar vosso blog
grande abraço
bruno
MUY BONITO EL GRITO A LAS MUSAS YO LO HAGO CADA DIA Y A VECES ME ESCUCHAN Y OTRAS NO PERO SIEMPRE NOS AYUDAN
UN BESO DE AÑO NUEVO
MARINA
La musa es así caprichosa y esquiva....un abrazo de azpeitia
Hermoso, María José!!
Las musas no siempre nos acompañan, pero mira lo que puedes lograr al gritarle a las musas ausentes.
Cariños....
Publicar un comentario