La difusa luz del alba
libraba lid con las sombras,
destronando a la dama de la noche,
nombrándose emperadora.
Amanecía, y conmigo no estabas,
no estabas físicamente
pero en la intimidad de la alcoba
tu alma se hallaba presente.
El día clareaba, y conmigo no estabas,
tu cuerpo no estaba pero tu espíritu
aún se alojaba en la estancia,
aún pernoctaba en la cama.
En las revueltas frazadas,
ocultos entre los pliegues,
permanecían los besos
que a lo largo de la noche
nos diéramos en silencio.
Y la humedad de la escarcha,
dimanante del amor,
evidente se mostraba
en el tálamo de la habitación:
en la mácula de las sábanas.
© María José Rubiera
© María José Rubiera
4 comentarios:
Que hermosa nostalgia de amor entre tus palabras. Una belleza de composición.
Besos.
Amiga María José; bonita poesía llena de romanticismo; el amor si existe está presente hasta en las
ausencias.
Besos.
Muy romántica esta poesía, y sensual...Bello, gracias siempre María José por tus visitas,encantada de tenerte..Besos de buenas noches
Rebosa amor hasta en las cachas.
Un abrazo Mª José
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