No es tiempo de reverdecer:
nevadas están las crestas
de la cordillera astur,
el urogallo al raso sestea
y en el infinito azur
va detallando el reclamo
que ha de embaucar a la hembra,
la osa y los oseznos
invernados en la osera,
enflaquecidos, bostezan.
En lecho de margaritas
duerme lady Primavera:
la cabellera cobriza,
que al finalizar el verano
con alheña se tiñera,
por doquier esparcida;
el escote descocado,
la boca entreabierta,
los ojos entrecerrados...
Pero el instinto de procreación
se propaga por el aire,
sienta plaza en la ribera,
en la laguna del parque...
Despiértate, lady... ¡presto!,
perentorio es que abandones
el acomodadizo letargo:
con pretensión de cortejo
alardea el cisne blanco
de la esbeltez de su cuello,
el pavo real exhibe
exuberante plumaje,
enamoriscados se ven los patos...
¡Y tú, lady, sin enterarte!
© María José Rubiera
de la esbeltez de su cuello,
el pavo real exhibe
exuberante plumaje,
enamoriscados se ven los patos...
¡Y tú, lady, sin enterarte!
© María José Rubiera
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