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lunes, 7 de febrero de 2011

Planteamiento sobre el amor

Recién perdida la niñez
–¡oh, candorosa inocencia!–,
ingresé en la adolescencia:
esa etapa de altivez
que confiere independencia.
Nada sabía del querer
exigente en requisitos,
ni de juegos requeridos
para despertar interés
en el elenco masculino.
Armándome de valor
–no sin cierta timidez–,
a mi madre interrogué
sobre el arte del amor.
Sorprendida, me miró,
y en sus ojos vislumbré
un destello de temor:
"¿Qué quieres saber, princesa...?,
poco podré aleccionarte
pues cada cual, vive su propia experiencia,
tan sólo puntualizarte
que lo eludas cuanto puedas.
Empero, lo sabrás cuando lo sientas,
ten por cierto que de él no podrás librarte;
porque el amor es una pasión del alma,
un fuego en el que, a la muy insensata,
le importa un bledo abrasarse.
Ese ignífero, al que llaman Amor,
chispea y cual yesca se enciende,
arrasando cuanto a su paso encuentre;
principia en el corazón
y hasta la garganta asciende,
logrando quebrar la voz.
Mas, ahí, el muy ladino, no se detiene,
pues imparable es en mientes;
sigue ascendiendo hasta cegar la visión
y, horadando, se instala en el cerebro,
sometiéndolo a la pérfida obsesión."
Al día de hoy, todavía me asalta la duda:
La autora de mis días, ¿llevaba razón...?
Algunas veces, considero que sí;
en ocasiones, deseo pensar que no.

© María José Rubiera


 



4 comentarios:

Gabriel Cordears dijo...

Y qué será el amor
qué incurable enfermedad
qué prisión
que tan a gusto nos encadena
viviendo en ella
o añorando la
al ser al fin libres!!

María José Rubiera Álvarez dijo...

Tal vez la enajenación del alma...???
Gracias, amigo Grabriel. Un beso.

Nortiz dijo...

Oh, ¡qué bellas palabras!
Muy largo y lleno de razón.
No hace falta una explicación del amor, es algo que se siente y que no se puede describir, a la vez que cada persona lo puede vivir de distinta manera. Sin embargo, en cuanto al interés del elenco masculino que mencionas, ahí ya los consejos vendrían bien. Y sobre todo, al comienzo de sentir algo como esto, hace falta ayuda del que ya lo ha vivido debido a la inexperiencia, tal vez a la vergüenza y puede ser que al miedo.
Jaja, no sé. Reflexiones que me vienen a la cabeza.
Un beso :)

María José Rubiera Álvarez dijo...

Sensatas reflexiones, Natalia...
Gracias por los comentarios, amiga. Un beso.