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viernes, 25 de noviembre de 2016

Genuino...

Todo adquiere significado
cuando encasilladas las figuras
en el damero de la existencia
se revela meridiano
el fetiche que mueve al mundo:
Amasar riqueza a espuertas,
pese a quien pese, caiga quien caiga,
vénzase a quien se venza...,
fetiche oculto a la vista
de la cándida inocencia
–un niño jamás podrá comprender
ambición tan desmedida–.
Aun hoy, rebasada con creces
la etapa de la simpleza,
incluso habiendo asimilado
que nada es lo que parece,
la mirada avezada
a observar las miserias humanas,
sigo comprendiendo... ¡nada!
Por suerte, para mi espíritu
algo sí cobra sentido
cuando ensambladas las piezas
del puzzle de las vivencias
se manifiesta nítido
el verdadero símbolo
por el que vale la pena
existir, ser... estar: El amor genuino
–un talismán compartido–.
Amor... alimentado por ambos,
de continuo mantenido,
el amor que nos mantuvo alejados
del enrevesado laberinto
que no alberga escapatoria,
amor... que nos evitó el peligro
de ser catapultados
al vórtice del abismo
en que se esfuma la gloria
del cariño correspondido...

© María José Rubiera

 

miércoles, 16 de noviembre de 2016

Diálogos para desesperados


"¡Hola, hermano! ¡Buenos días!
"Lo serán para ti.
"¿...?
"Aún no he desayunado, y a buen seguro no almorzaré ni cenare... Ni desayunaré ni almorzaré ni cenaré mañana, ni en los días venideros.
"¿Y eso...?
"Si no hay trabajo tampoco hay dinero y si no hay dinero... Ya sabes.
"Lo sé. Supongo que debido a ello se han implementado los Comedores Sociales.
"¿Te has visto alguna vez en la necesidad de frecuentarlos?
"Por supuesto. No una sola vez, sino tropecientas veces.
"Huelga decirte entonces lo que en los mismos se cocina (y nunca mejor dicho). ¿Sí?
"Sí.
"¡Genial! Así me ahorro las explicaciones.
"Pero mejor eso que pasar hambre, ¿no crees'
"No. Yo no quiero vivir de limosnas. Lo que quiero es trabajar y costearme todo cuanto necesito para vivir como se supone debe vivir una persona: dignamente. ¡Qué menos!
"Pasemos del tema, ¿quieres? Por cierto: ¿Hace cuánto que no coincidimos?
"Hace meses, supongo. He estado... y estoy muy ocupado.
"¡Pero si acabas de decirme que estás desempleado!
"Ya... He estado, estoy y estaré por tiempo indefinido (recurriendo al eufemismo) defecando para todos los botarates que sin tener idea de por dónde andan vueltos se alzan con los escasos empleos disponibles. Y todo gracias a los papis, abuelos, tíos y demás parentela que valiéndose de las prebendas que les han sido otorgadas se apresuran a enchufar a sus mangantes pimpollos; es decir: nepotismo puro y duro. Y mencionar por añadidura que los niñatos en cuestión van por la vida de intelectuales cuando en verdad su cociente intelectual está a la altura del asno que dándoselas de Séneca apenas si acierta a rebuznar.
"Es lamentable, pero es lo que hay. Así que, no queda sino aceptar las cosas tal y como son.
"¡Un hurra por el conformismo!
"En fin... Va siendo hora de dejarte. Hasta cuando volvamos a coincidir.
"Hasta entonces, pues. Ve en paz con tu errónea filosofía.
"Perdona... ¿Cuál filosofía, según tú?
"La que al parecer practicas: Sobrevivir al precio que sea, aun cuando te sea impuesto postrarte de hinojos, humillar la cerviz y sacrificada la dignidad decir amén a la corruptela.
"Buenos días, hermano.
"Lo serán para ti...
 
© María José Rubiera
 
 

 


 

miércoles, 9 de noviembre de 2016

La búsqueda

Mi caballero aguerrido,
de mi corola estandarte,
esposo, amante, amigo,
de infortunios compañero...
Sofocados tus pesares
en las aguas del Leteo,
enfilados los andares
a territorio inédito
evita mirar atrás:
retrotraerse al pretérito
en modo alguno conduce
al hallazgo del grial.
La consigna es avanzar,
avanzar... en todo momento,
sin detenerse a escuchar
el patético lamento
de las estatuas de sal.
Tal vez al cabo de un tiempo
te enfrentes a basiliscos
con los que batirte en duelo,
quizá encuentres petroglifos
con grafía a descifrar...
Quizás harto de arrostrar
imprevisibles peligros
desees ahogar el empeño
que te indujo a transitar
el serpenteado camino,
mas difícil te será
desviarte del sendero,
iniciado ya el periplo
se hace imperativo andar:
 

cada paso hollando el suelo,
cada zancada afianzada
sobre el rocoso terreno...

© María José Rubiera