Buscar este blog

viernes, 30 de septiembre de 2016

Gualda...

Es tiempo de otoño,
tiempo de matices áureos,
tiempo atemperado, austero
que, a la espera del invierno,
se consume y piano... piano...
las horas va consumiendo.
Tiempo de tintarse gualdas
las arboledas..., las hojas,
destinadas a ser hojarasca
tapizando los senderos.
Tiempo de inanes nostalgias,
de caducados recuerdos
acortando distancias,
invadiendo las aristas.
Tiempo de darse un respiro,
de acomodarse y entablar
pláticas distendidas
en torno al lar encendido:
de concederse ociar.
Tiempo de racheados vientos
y pertinaces aguaceros,
de frecuentes claroscuros
en el fluir de los cielos:
de tenaz oscuridad;
oscuridad que propicia
vislumbrar el trasmundo
de las platónicas Ideas,
del eterno e inmutable Ideal.

© María José Rubiera
 
 
 


martes, 20 de septiembre de 2016

En las entrañas de Asturias

En el negror agorero
del corazón de la mina
acémilas, pájaros enjaulados,
del letal metano el sesgo
sesgando vidas de cuajo:
la fatalidad invicta.
En el deletéreo tajo
mineros inermes... yertos,
de hulla y muerte tiznados:
hombres fornidos... y guajes
ahogados en sus gargajos,
desposeídos de aliento
por un mísero salario.
Cientos de mineros muertos:
padres, esposos, hijos...
por los que aún se guarda duelo.
Mineros pobres en haciendas
y millonarios en valores,
éticos hasta la médula.
Mineros que viviendo
en la memoria colectiva
son recurrente recuerdo
para nosotros, los astures,
que llevando a Asturias en la sangre
jamás nos humillamos
ante nada ni ante nadie.
Que allá, doquiera estéis
en paz descanséis, compañeros.
 
© María José Rubiera
 
 

sábado, 10 de septiembre de 2016

Suéñame...

No me sueñes mariposa
acercándose a tu llama,
abrasándose en tu fuego,
no me sueñes ondina atrapada
en los hilos de tus redes,
en el ámbar de tus besos,
no me sueñes pasionaria
adornando tus parterres.
Suéñame joven zagala
tañendo caramillos y rabeles,
conversando con las hadas,
exorcizando a los duendes.
Suéñame versificadora
armonizando léxicos,
entrelazando palabras,
reconociéndose en los versos.
Suéñame alondra cantora
liberada de la jaula,
consentida por los vientos.
Suéñame parda calandria
trazando rutas lejanas
en el bruñido firmamento,
en el borde de las alas.
Suéñame ave canora
trinando al filo del alba,
evadida de mazmorras,
de las prisiones del alma.
Y si como dices tanto me adoras
deja que el aire circule entre ambos,
si no... no me adores tanto.
 
© María José Rubiera