Te invito a vivir la quimera de un sueño,
un sueño tan rútilo como Sirio,
un sueño donde la armonía impere
y el amor sea tan bello
como los luceros que ornan el cielo,
¿quieres...?
Un sueño,
hasta el instante en que la Luna se acueste
y el ópalo celeste se atavíe
con preciosos matices: ocres, rojos,
azules, verdes...,
y su flirteo con la Tierra comience.
Hasta el alba,
hasta que la claridad diurna eclipse
a la estrella matutina,
hasta el momento en que el alma descienda
de su divina morada
y se someta al influjo de Maya.
© María José Rubiera
un sueño tan rútilo como Sirio,
un sueño donde la armonía impere
y el amor sea tan bello
como los luceros que ornan el cielo,
¿quieres...?
Un sueño,
hasta el instante en que la Luna se acueste
y el ópalo celeste se atavíe
con preciosos matices: ocres, rojos,
azules, verdes...,
y su flirteo con la Tierra comience.
Hasta el alba,
hasta que la claridad diurna eclipse
a la estrella matutina,
hasta el momento en que el alma descienda
de su divina morada
y se someta al influjo de Maya.
© María José Rubiera