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lunes, 31 de enero de 2011

Me ocurre lo mismo

Crees reconocer mi imagen
en cada ser que se cruza en tu camino,
te sobresaltas al pensar que estoy ahí mismo;
el pulso te late agitado,
mi rostro, impreso en tu retina,
te acompaña noche y día
sin que puedas evitarlo.
Si me preguntaras: "¿Por qué lo sabes?"
Te respondería: Porque a mí, me ocurre lo mismo...

© María José Rubiera

domingo, 30 de enero de 2011

Sólo tú...

Cada momento que vivo,
cada instante que respiro,
anhelo estar a tu vera;
mi alma alienta prisionera
por invisibles cadenas.

Sólo tú podrás romperlas...

Es una onerosa carga
la que arrastro, la que peno,
en la que muero viviendo
cada alborada que pasa;
mi alma se encuentra sitiada.

Sólo tú podrás salvarla...

¿Aguardas una palabra,
una frase presta y clara,
una insinuación velada
que indique que eres mi sueño,
ansías oír un "te deseo"?


Sólo tú serás mi dueño...

Insinuaciones..., palabras,
¿de qué sirven las palabras
cuando son promesas vanas,
si son meras artimañas,
si del viento son aliadas?

Sólo tú podrás saberlo...,
si sabes leer el silencio.

© María José Rubiera

jueves, 27 de enero de 2011

Recitando el verbo amar

Y te acostaste a mi lado,
y mirándome a los ojos,
me musitaste: "Te amo,
más que a mí mismo te adoro,
de amor temo enloquecer".
Recitando el verbo amar
hasta agotarse los tiempos,
me acariciaste el cabello,
tu vello rozó mi vello,
tu ser indagó en mi ser,
tu esencia penetró en mi alma
eternizando el momento.
La apoteosis de tu dicha
como manantial fluía
fertilizando mi dicha,
alentando nueva vida.
Tu cautivadora risa
voló surcando los aires,
y en el espacio infinito,
se transformó en tenue brisa.

© María José Rubiera

miércoles, 26 de enero de 2011

Si alguna vez...

Si alguna vez me evadiera,
si me fuese de tu vera,
¿añorarías mi presencia,
extrañarías mi inocencia;
te enloquecería mi ausencia,
afectarías indiferencia...?
No me evadiré, no temas.
Porque ambos hemos libado,
de la crátera del Amor,
el dulce y letal veneno
que enajena la razón;
porque ambos hemos gustado
de la copa del Amor:
amor que nos ha purgado,
amor que nos ha alienado;
amor que nos ha rendido,
amor que nos ha vencido.
Adoleceremos de pasión eterna,
pasión que el alma nos quema,
que a nuestro espíritu enerva.
De esa pasión, que enardece,
seguiremos siendo rehenes...

© María José Rubiera

lunes, 24 de enero de 2011

Me sorprendes

De continuo me sorprendes...

Con el roce de tus labios
al reposar en mi seno,
la caricia de tu boca
cuando en mis labios se posa,
la ternura que denotas
al susurrar "te deseo";
al descubrir tu mirada
escudriñándome el alma,
cuando adivinas un "te amo"
sin haber sido expresado,
al concederme un capricho
que no ha sido mencionado;
al amarme..., al envolverme
en la pasión de tu abrazo.

© María José Rubiera

sábado, 22 de enero de 2011

¿Quién eres...?

¿Quién eres...?
Te oigo, pero no te escucho,
porque eres nadie, nada,
ni siquiera eres humo,
ni un leve soplo de viento.
¿Quién eres...?
Me rozas; mas, no te siento,
porque eres nada, nadie,
ni ceniza que se esparce
en turbias aguas del Leteo.
¿Quién eres...?
Me miras; mas, no te veo...

© María José Rubiera

jueves, 20 de enero de 2011

A pesar de todo

A pesar de nuestras divergencias, te amo
y te amaré mientras viva;
aun cuando aparentes indiferencia,
sabes que añoras mi ausencia;
aunque te finjas lejano,
también tu alma por mi alma suspira.
Da igual dónde nos encontremos, ni cuándo,
da lo mismo si en esta o en otra vida.
Escalaremos montañas
para buscarnos y amarnos
ocultos en la neblina,
aguardaremos mañanas
hasta lograr enlazarnos
al amparo de la brisa.
En el abisal marino,
anegado de silencio,
las algas harán de lecho
al unirse nuestros cuerpos;
el atolón coralino
guardará nuestro secreto.

© María José Rubiera 

miércoles, 19 de enero de 2011

Mejor será...

Todo comienza, todo termina
para comenzar de nuevo,
todo vuelve al punto de partida;
todo pasa, todo llega
sin darse dilación ni tregua.
Es un diario acontecer
en el cual se tergiversa
la palabra..., el buen hacer.
¿Qué ocurre con los valores
inculcados por lo sabios?
Para lo futuros hombres,
¿qué clase de mundo creamos,
qué será de todos ellos?
¿Qué ocurrirá con los pueblos...?
Mejor será no vivirlo,
mejor será no saberlo.

© María José Rubiera

martes, 18 de enero de 2011

Tempus fugit

Tránsfugo sortilegio del amor,
potente talismán que el alma estremece
y hasta al más fiero felino enternece;
amor..., que en buena lid vence al rencor.
Escaso tiempo lo hemos conservado,
no más que un breve interludio vivido,
prófuga ilusión que se ha volatizado,
un hito que ambos hemos compartido.
Tempus fugit: el tiempo se escapa, vuela,
se torna en opacidad oscilante,
cual timorato titilar de la vela
a punto de extinguir su luz llameante.
Digámonos "hasta nunca", sin ira,
fingiendo que no todo fue mentira,
hollemos cada cual su propio camino
sin reparar en el agravio infligido.
La intuición me ha traicionado..., lo admito,
debo confesar mi equívoco: he errado,
tendré que lidiar con mi sino, con mi hado;
si fuera preciso, tomar un atajo
y evitar caer en el mismo guijarro.

© María José Rubiera


martes, 11 de enero de 2011

Un sabatino amanecer

Un sabatino amanecer,
próximo el sol a nacer,
sobre el alféizar posado
un ruiseñor ha trinado
con canora melodía;
era portador de un mensaje que decía:
"Eterno será nuestro amor, vida mía,
en el tálamo, una vez desposados,
obraremos el acto de enamorados,
libaré la dulzura de tus labios
y juntos, enlazándonos las manos,
saludaremos a la brisa marina,
al rocío que la flor fertiliza,
a las mariposas danzarinas,
a duendes, sílfides y ondinas.
Recuerda que te amo locamente,
que mi ser te pertenece,
no olvides que nos está destinado
vivir, cariño,  uno en el otro;
si me olvidas, no conoceré reposo..."

© María José Rubiera





domingo, 9 de enero de 2011

Dos almas

Dos almas se reconocen
más allá de lo terreno,
conectan en lo espiritual,
prescinden de los vocablos,
dialogan en el silencio
del infinito Universo,
se aman ajenas al tiempo,
se desposan en secreto;
su unión, la atestigua el cielo,
el agua, el aire y el fuego.

© María José Rubiera

sábado, 8 de enero de 2011

Somos parias

A veces, cuando estoy desesperada,
miro al cielo, formulando una plegaria;
mi mirada se pierde en el firmamento
donde habitan las Galaxias,
avisto a las almas perdidas
en la noche de los tiempos,
observo a las Pléyades, luciendo
en su flamígera morada,
y las siento tan cercanas...,
que hasta imagino me hablan:
"Resérvate, permanece en silencio,
no gimas, no llores, aguarda en calma",
creo oírlas decir, y mi dolor se esfuma,
se diluye como por arte de magia.
Con guiños, se comunican conmigo,
y pienso, quiero creer, o adivino
que me están llamando hermana.
Transcurrido un tiempo, cierro la ventana
y me digo que cuán solos estamos
en el mundo, en este infierno hostil
donde nos ocupa vivir y sufrir.

© María José Rubiera

© María José Rubiera

Hoy, mi poema rebosa tristeza,
de regocijo y amor acusa carencia,
sólo acusa el sinsabor de la existencia.
En la vida, no somos sino parias,
entes que, debido a la inteligencia,
no pueden evitar preguntarse el porqué
de su estancia y finalidad en la Tierra.

viernes, 7 de enero de 2011

¿Qué pretendes...?

¿Qué pretendes de mi persona, amor,
acaso mi fortaleza rendir,
envolverme en tu pasión,
que al cielo eleve mi canto, cual clamor,
y declare mi amor hacia ti,
que a voz en grito lo anuncie,
que los clarines resuene,
y el Universo se entere...?
Sí, tal vez sea lo que pretendes;
pues, bien, lo pregonaré si así lo quieres.
En mí piensas, tarde, noche y madrugada;
no te apures, sabes que seré tu amada,
aquella que en tu ser está presente,
como ayer lo estuve, y estaré siempre.
¿Acaso no ves que resido en tus sueños,
ignoras que en ti viviré latente...?

© María José Rubiera

martes, 4 de enero de 2011


En tu mirada se alberga la tristeza,
tal vez porque te embarga la certeza
de haber desdeñado el amor que soñabas,
el amor que en tu fuero interno habitaba;
o quizá sea debida a desconsuelo,
pues tus labios hablan de amor frustrado,
tal vez por ser amor prohibido, vetado;
también relatan amor desvanecido
en la amarga indiferencia del olvido;
de tus ojos aún fluye el llanto
que has derramado en un reciente pasado;
en tu frente se aprecia, marcada a fuego,
la huella de un sacrificio doliente,
el sufrimiento que continúa activo,
la angustia dominante, permanente;
en tus manos permanece, impreso,
el velado roce de una caricia
que acompaña a la plenitud del beso.

© María José Rubiera

lunes, 3 de enero de 2011

Selene

Se escucha el murmullo del oleaje en calma;
sosegadas, las olas lamen la bahía,
ajenas a las pasiones del alma,
ajenas a la invernal melancolía.
Selene, luciendo su atavío de gala,
comienza a mostrarse en el firmamento;
acudiendo fiel a su cita diaria,
logra aprehender el efímero momento.
Altanera, recrea su faz sobre el agua;
coqueta, despojándose de la enagua,
copula con el líquido elemento,
tornando a su favor el aura del viento.
Seduce al piélago con su belleza,
rindiéndolo ante su porte de alteza;
apurando la brevedad nocturna,
se prodigan amor el Mar y la Luna.

© María José Rubiera