La luna riela que riela
en los espejos del mar:
alabastrina la jeta,
en el nimbo verdemar
de una selenita gema;
en la mejilla un lunar,
en el labial una peca
que al cielo invita a pecar.
Una zambra granadina
en el cíngaro abisal...
Y la sirena tullida:
"Ven, reina... ¡Vente a danzar!"
La luna danza que danza...
De vértigo el ritual,
gitanilla atezada ella:
en la túnica... alamar,
en el zorongo... una peina.
Danza, y vuelta a danzar:
en el iris una pena,
en los labios un coral.
La sombra alarga su sombra.
Danza, y vuelta a danzar...
La luna danza que danza
sobre la espuma del mar.
© María José Rubiera
© María José Rubiera
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